Cuando el final se acerca

Cuando llega al final del camino, y ese final no es abrupto, no es producido por un hecho repentino como un accidente, sino que es causado por una enfermedad, es fácil, incluso natural, que los más intensos estados de ánimo recorran nuestros pensamientos, incluso de los que poseen las creencias religiosas más fuertes.
Los avances modernos logrados por el hombre en la medicina le han permitido alargar extraordinariamente la vida, pero también fijar con precisión, en el curso de una enfermedad, si es curable o no, y, de no serlo, estimar de una forma muy aproximada el final de la vida en la Tierra.
Estos últimos días pueden constituir, si el grado de consciencia y estabilidad emocional lo permiten, una extraordinaria ocasión para arreglar temas pendientes, especialmente los espirituales, buscando a través del perdón y de la reconciliación, la paz interior que nos proporcionará un paso más suave entre este mundo y el que vamos de nuevo a habitar, el mundo de los espíritus, después de vuestro breve paso por la tierra.
No son tiempos de reproches, de cambios drásticos.
Probablemente nuestra situación física y mental ya no nos permitan grandes metas, pero sí de buscar en pequeños detalles una partida pacífica, perdonando y haciéndonos perdonar por los daños que nos hayan o hayamos causado.
Desaparecidas ya las preocupaciones materiales, este paso, debería ser más fácil.
Sin embargo, no es infrecuente que alguno, incluso sabedor de que su estancia en la Tierra está llegando a su final, se agarre con patetismo a sus posesiones, dando indicaciones como si pudiera seguir con ellas después, y sin la más mínima muestra de perdón y arrepentimiento del que antes hablamos.
Ellos sufrirán doblemente: su partida será traumática, e incluso se quedarán atrapados en un reino de nada, creyéndose todavía poseídos de sus riquezas, e incluso dando órdenes que ya nadie escuchará.
Afrontad ya el hecho de que vuestro paso por la Tierra es breve y, si os llega el momento y Dios así lo permite, aprovechad vuestros últimos días en partir en paz con vosotros mismos y con los que os rodean.
Paz y amor para todos. Ester.