Muchos nos preguntan insistentemente por qúe les ha tocado una vida tan dura, por qué ese castigo qu
"Uno siembra y al final somos consecuencia de nuestros actos, y esas consecuencias pueden aparecer varias vidas después de los actos cometidos si no hemos sido capaces de remediar antes el daño que hemos hecho.
Desgraciadamente, muchas veces, hasta que no sufrimos en nuestro propio cuerpo lo que hemos hecho sufrir a otros, no aprendemos, y nos encontramos con vidas llenas de dolor a las que no encontramos ningún tipo de explicación, porque no recordamos o no queremos recordar el daño que nosotros hemos causado hasta que llega el momento que queramos enfrentarlo.
A veces, estás vidas duras, es el único modo que la espiritualidad tiene para enseñarnos por qué debemos cambiar, no para qué, sino por qué tenemos que cambiar;
Y es porque el espíritu necesita esa evolución.
Estas vidas duras no son para hacer daño al espíritu, si no para hacerle comprender lo que él causo su vez a otros, no por hacer daño a nadie como equivocadamente pueden pensar hasta que recuerden o se enfrenten al origen de tales hechos, que es un principio tienden a negar.
No es lo mismo contar la historia completa que solo una parte.
Al final todo vuelve a su sitio, y no es por venganza, sino que son situaciones que han de darse para que el espíritu evolucione, aunque sean durísimas."